......porque la tristeza lleva a que te lamentes por el pasado, a que tengas desconfianza del futuro y a que desperdices el presente;
Nada te turbe, porque la tristeza contrae el corazón, frunce nuestro ceño, debilita nuestro espíritu y desvanece las esperanzas,
nada te turbe porque la tristeza complace a tu enemigo, enfuerece a tu amigo y regocija al envidioso...
nada te turbe porque al estarlo, te estarás quejando del designio divino y mostrando disgusto con lo que está escrito para ti...
nada te turbe porque la angustia no te devolverá a tus seres queridos, no podrá resucitar a los muertos, no logrará cambia el destino y no conseguirá concederte ningún beneficio
No le digas a nadie que me has leído. No lo hagas. Guardemos el secreto. Y menos reconozcas que puedas coincidir conmigo en algo. Podría ser contraproducente para la opinión que tienen de ti. Este sitio es sólo para gente que en algún momento de su vida, se han sentido o les han hecho sentir rara avis y sobre todo, para personas especiales que no tienen complejo alguno en serlo.
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domingo, 29 de mayo de 2011
miércoles, 25 de mayo de 2011
LA BALANZA
Como muchas personas, a veces necesito escribir lo que pienso y siento para desahogarme y reflejar, negro sobre blanco, todo lo que se me pasa por la cabeza.
Los últimos días han sido especialmente ajetreados debido a las elecciones municipales. La formación política a la que pertenezco, CABALLAS, concurría con la mayor de las ilusiones y ansias por reflejar y materializar todos nuestros ideales en forma de gestión política. Pero lamentablemente, no ha podido ser y así, tendremos que hacernos a la idea de que los próximos cuatro años seremos oposición. Eso sí: el principal grupo de la oposición.
Me quedo con las maravillosas tardes que hemos pasado haciendo campaña y pidiendo el voto por distintas barriadas, un espacio de tiempo que me ha servido para conocer más y posiblemente mejor, a los compañeros y compañeras de este viaje en busca de una Ceuta mejor.
Pero no podré olvidar tampoco todo los ataques de los que hemos sido objeto. Cualquier argumento y crítica falaz han sido utilizados para intentar desacreditarnos socialmente y evitar que obtuviéramos mejores resultados.
Tampoco voy a olvidar las lágrimas en los ojos de mis compañeros y compañeras la noche del 22-M.
Ni las mías, con lo fuerte que me creía.
Me he perdido el momento en el que a Yassin, mi hijo mayor, se le ha caído la primera muela.
Tampoco estaba en el momento en que Mohamed, el pequeño, se cayó y se hizo una pequeña brecha en la rodilla.
Espero que cuando crezcan, sepan perdonarme por todo el tiempo que les robo para invertirlo en intentar hacer de esta ciudad, junto a otros y otras caballas, un lugar donde ellos y los de su generación puedan tener un futuro más digno.
Espero perdonarme a mi misma por ello.
Aún así, la balanza sigue más llena de ganas de trabajar y luchar que de desilusión y decepción.
Afortunadamente.
Los últimos días han sido especialmente ajetreados debido a las elecciones municipales. La formación política a la que pertenezco, CABALLAS, concurría con la mayor de las ilusiones y ansias por reflejar y materializar todos nuestros ideales en forma de gestión política. Pero lamentablemente, no ha podido ser y así, tendremos que hacernos a la idea de que los próximos cuatro años seremos oposición. Eso sí: el principal grupo de la oposición.
Me quedo con las maravillosas tardes que hemos pasado haciendo campaña y pidiendo el voto por distintas barriadas, un espacio de tiempo que me ha servido para conocer más y posiblemente mejor, a los compañeros y compañeras de este viaje en busca de una Ceuta mejor.
Pero no podré olvidar tampoco todo los ataques de los que hemos sido objeto. Cualquier argumento y crítica falaz han sido utilizados para intentar desacreditarnos socialmente y evitar que obtuviéramos mejores resultados.
Tampoco voy a olvidar las lágrimas en los ojos de mis compañeros y compañeras la noche del 22-M.
Ni las mías, con lo fuerte que me creía.
Me he perdido el momento en el que a Yassin, mi hijo mayor, se le ha caído la primera muela.
Tampoco estaba en el momento en que Mohamed, el pequeño, se cayó y se hizo una pequeña brecha en la rodilla.
Espero que cuando crezcan, sepan perdonarme por todo el tiempo que les robo para invertirlo en intentar hacer de esta ciudad, junto a otros y otras caballas, un lugar donde ellos y los de su generación puedan tener un futuro más digno.
Espero perdonarme a mi misma por ello.
Aún así, la balanza sigue más llena de ganas de trabajar y luchar que de desilusión y decepción.
Afortunadamente.