jueves, 24 de enero de 2013

POBREZA FEMENINA ¿REALIDAD O TÓPICO?

 

     En general la pobreza supone sufrimiento e injusticia para muchas personas por lo que el objetivo principal de todos y todas debe ser intentar erradicarla o al menos disminuir las cifras que arrojan las estadísticas. La pobreza es concebida y debe ser entendida como un fenómeno multidimensional y no solamente desde el de privación de ingresos, sino también desde lo relacionado con la educación, la salud o el empleo.

   Aun cuando existe entre algunas personas la impresión de que las vidas de las mujeres mejoran en el mundo, hay cifras que desmienten ese tópico y que ponen de manifiesto cómo la pobreza está cada vez más unida al hecho de ser mujer.

   Sé que hay a quien le puede parecer exagerado, pero la realidad es fácilmente analizable revisando las estadísticas nacionales existentes en las que aparecen los datos desagregados por sexos, por lo que podemos afirmar rotundamente que la pobreza es y tiene cara de mujer.

   Además, hay que tener en cuenta que las consecuencias de los platos rotos que está dejando por el camino la crisis y con ella el fin del Estado de Bienestar tal y como lo conocíamos, están haciendo que la expresión “feminización de la pobreza”, acuñada hace décadas, siga a la orden del día. Hoy por hoy, referirnos a la feminización de la pobreza sigue suponiendo manifestar el creciente empobrecimiento de las mujeres además del empeoramiento de sus condiciones de vida.
   Aunque aún no se puede cuantificar con exactitud el número de mujeres que viven en Ceuta bajo los umbrales de la pobreza dentro del 40% genérico, para hacernos una idea puede bastar que miremos a nuestro alrededor. Pensemos en todas las mujeres que conocemos. ¿Cuántas de ellas acuden a los servicios sociales y a entidades sociales a solicitar algún tipo de ayuda para ellas y/o para sus familias? ¿Cuántas se movilizan a lo largo del día haciendo trámites que pueden redundar en el beneficio de sus dependientes (becas, abonos, ayudas…)? ¿Cuántas se conforman con encontrar un trabajo a media jornada por poder atender a sus familias? Muchas sin duda. Hay que tener en cuenta también que la contribución al hogar del trabajo doméstico no remunerado pasa muchas veces desapercibida o se da por habitual y normal que toda su carga vaya sobre las espaldas de las mujeres, algo que sólo puede ser paliado mediante la concienciación de todas las personas que constituyen la unidad familiar de que el trabajo doméstico debe ser realizado y distribuido entre todos los componentes de la misma.
    Con semejante panorama, encontramos día a día a mujeres a las que a la carga de ser las sustentadoras de sus familias se les suma la de las obligaciones familiares y domésticas. Mujeres con escasos recursos, especialmente cuando son las únicas encargadas de mantener a sus familias, porque si en algún perfil de mujer se nota especialmente como afecta la feminización de la pobreza es en aquellas unidades familiares compuestas por madre e hijos/hijas.
   Por otro lado, la disminución del gasto público en el sector social siempre ha aumentado las responsabilidades asistenciales de las mujeres a lo que hay que sumar el efecto del paro que hace que aparezcamos cada vez más empobrecidas siendo el número de mujeres que buscan trabajo sin encontrarlo superior al de hombres, especialmente en nuestra ciudad donde la tasa de paro femenino supera el 51%. Todos somos conscientes de que, hoy por hoy, es difícil conseguir un puesto de trabajo. Y lo es aún más para las mujeres. Tal vez por eso, muchas veces, se aceptan trabajos precarios, mal remunerados, incluso sin alta en la seguridad social, cobrando menos de lo que corresponde, duplicando y triplicando esfuerzos…cualquier cosa, cualquier sacrificio, con tal de aportar un ingreso a la familia.
     Por ello es importante que todos y todas tomemos conciencia y consciencia de la necesidad de paliar esas diferencias existentes y que empujan a la permanencia y arraigo de la feminización de la pobreza en su más amplio sentido. Y por ello son necesarias y fundamentales actuaciones públicas y privadas con medidas de calado más allá de lo que contempla la teoría establecida en la ley, algo que pasa necesariamente por ampliar los recursos públicos destinados a favorecer la disminución de la pobreza en general y de la pobreza femenina en particular.
                                                                                                         
 

 

miércoles, 16 de enero de 2013

CÉLEBRES MISÓGINOS

  Es evidente que el machismo no es ningún "regalo" contemporáneo.
  Se remonta a muchísimos años atrás, siglos, aunque eso no es óbice para que se mantenga bien agarrado y arraigado a la actualidad.
   Me gusta leer citas célebres.
   Me encanta.
   Pero cada vez que me pongo a leer citas célebres sobre mujeres, una gran indignación me invade. Tanto, que acabo cerrando la página y refunfuñando conmigo misma.
   Así es la historia. Escrita siempre por los vencedores. Y por algunos misóginos claro (lo que supone un odio y/o aversión a las mujeres despreciándolas (nos) a todas por igual como género y a todo lo considerado femenino).
  Misóginos altamente contaminantes de cuanto les rodea en ese sentido. Comparto por aquí algunas frases ejemplificadoras para que me entendáis, para que entendáis mi indignación, pero sin que lleguemos a vomitar.
   Eurípides, poeta trágico griego (485AC-406AC) decía que "no hay en el mundo nada peor que una mujer, excepto otra mujer". Sobra decir la consideración de las mujeres en ese entonces, y sobra hablar del concepto de lo bello de los griegos.
   Otro. Napoléon. El estratega. El acomplejadísimo. Decía él que "las mujeres no son más que máquinas de producir hijos". Tremenda manera de reducir a un ser humano. Sinceramente: repugnante.
   Molière dijo que "por muchas razones no es bueno que la mujer estudie y se forme". Supongo que la fundamental era la de tenerla siempre manipulada a su antojo y reducida a objeto decorativo. Aunque eso, los del objeto decorativo lo dijo expresamente el "gran" Oscar Wilde: "las mujeres son sólo un sexo decorativo". Para él, como para muchos, las mujeres eran (habrá quien crea que aún lo somos) mero estandarte o bonito florero.
   George Pompidou (1911-1974) dijo en su momento que "hay tres maneras de arruinarse: las mujeres, el juego y los técnicos".
   Otros "eruditos" como William Faulkner (1897-1962) decían que "las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre". Mis ojos como platos ante semejante burrada. Porque hay que ser burro para pensar así. Pero para pensarlo y decirlo hay que ser requeteburro.
   Jardiel Poncela también se lució en más de una ocasión, diciendo por ejemplo que "la mujer es como los autos, a la vejez es cuando más se pintan". Suena a la típica gracia entre amigotes. Pero no tiene ninguna. Y no lo era. Era el retrato de su manera de ver a la mujer.
    Y para terminar (porque quien no haya vomitado aún debe estar a punto) Gustave Flaubert, célebre escritor francés que dejó dicho para la posteridad: "La mujer es un vulgar animal del que el hombre se ha formado un ideal demasiado bello"
   ...Supongo que, a todos ellos, y a los que piensan así, los parió una rana.

lunes, 14 de enero de 2013

TENDENCIAS RETRÓGRADAS


   Podría calificarse así algunas de las que están surgiendo a nivel internacional en temas referentes a la mujer. Entre ellas, cabe mencionar los nuevos planteamientos basados en críticas destructivas acerca de lo que hacemos y de lo que no. Opiniones sobre si somos lo suficientemente buenas madres,  sobre trabajar, dejar el trabajo para atender a la familia, tener hijos, no tenerlos, tenerlos pronto, tenerlos tarde, o que los intentos de cambio son causas perdidas no son más que una pequeña muestra de ello.

   Ciertamente son críticas que siempre han existido en todas las sociedades y muchas veces han sido las impulsoras de distintos movimientos revolucionarios. Esta corriente que dará que hablar a lo largo del 2013 viene de un país que se considera a sí mismo adalid del desarrollo social, Estados Unidos,  en el que ese supuesto desarrollo no ha impedido la existencia de la pena de muerte. Incluso su presidente, que saca todo el rédito posible a la imagen de su mujer, prescinde de ellas (nosotras) a la hora de rodearse de asesores. Es más, apenas un 29% de las mujeres norteamericanas se declara partidaria de la igualdad (y feminista por tanto).

Pero lo novedoso y más dañino de esas críticas es que provienen de otras mujeres alimentadas, posiblemente a partes iguales, por una especie de odio o complejo singular a su propia naturaleza y por otro lado por su incapacidad de prosperar por méritos propios. Son los nuevos modelos de ser trepa que algunos avispados (y avispadas) aprovechan para su propio rédito.

Contento estará más de uno.

 ¿Quién mejor para intentar hacer válidas unas críticas que alguien que supuestamente está en el mismo equipo? Mujer contra mujer en el sentido literal de la expresión.

¿Y por aquí, a este lado del mundo? Pues por lo pronto tenemos un gobierno destructor y aniquilador de derechos (porque recortar es un verbo que se les ha quedado pequeño) y que se ceba en la reducción de derechos en general y de los recursos en materia de igualdad con la clara finalidad de retornarnos a las mujeres a la esfera de lo invisible en particular. Sutilmente, claro, y con la connivencia y complicidad de algunas mujeres que miran más por el interés personal que por el general.

 Sin embargo hay una diferencia sustancial y fundamental con respecto a la sociedad anteriormente mencionada y no es otra que el carácter rebelde de la mayoría de las españolas. Bendita rebeldía.  ¿Qué mejor manera de luchar contra aquello que nos intenta oprimir hasta asfixiar que mostrando nuestra disconformidad, reivindicando lo justo y alejándonos progresivamente de la sumisión a la que otros nos pretenden doblegar?

Criticar a las mujeres es un juego relativamente fácil, igual que lo es manipular a unas pocas para que hagan lo que quieren unos cuantos. Ser mujer con todo lo que ello conlleva es el verdadero reto.
 
 

lunes, 7 de enero de 2013

TAN LEJOS, TAN CERCA


Cualquier lucha suele dejar tras de sí víctimas. Algunas emocionales. Otras mortales. La lucha por la igualdad no es en absoluto ajena a ello. En algunas partes del mundo se nos sigue considerando, a las mujeres, poco más que objetos a disposición de cualquiera que quiera hacer uso y abuso de nosotras ante la mirada pasiva de la mayoría, que lo ha asimilado como algo habitual. Como algo contra lo que no se puede hacer nada. A veces son usos implícitos y sutiles. Otras, violentamente explícitos. Y lo que es peor aún, suponen para determinados individuos una lección de quién manda.

En algunas partes del mundo, las mujeres luchamos por cobrar lo mismo cuando desempeñamos el mismo trabajo. En otras, por poder conducir. Algunas pedimos igualdad de oportunidades…. A fin de cuentas, todas esas reivindicaciones no son, ni más ni menos, que un grito con el que se pide respeto.

La joven india muerta estos días como víctima de la violación a la que le sometieron seis bestias es un ejemplo de esa lucha que llevan a cabo tantísimas mujeres en el mundo. Luchar por poder salir a la calle sin miedo. Tan simple. Tan complicado. Lo que le ocurrió a la paquistaní Malala hace unos meses, también. En Estados Unidos, también suceden este tipo de hechos, el más reciente, la violación de una menor por parte de varios componentes de un equipo de fútbol. Y nisiquiera hace falta irnos tan lejos. Recién estrenado el año ya tenemos que lamentar el fallecimiento en nuestro país de una mujer que ha perdido la vida degollada por quien se creía su legítimo dueño.

A veces hay quienes incluso pretenden subestimar y ridiculizar a las mujeres y a todas las personas que creen en la igualdad porque existen problemas más importantes. Como si la lucha por una igualdad efectiva entre todas las personas no fuera también importante y fundamental para el desarrollo social de cualquier pueblo.
Hoy, posiblemente más que ayer, es imprescindible que nos erijamos en defensoras y defensores de la igualdad en la sociedad y luchemos, cada cual en la medida de sus posibilidades, para dotar a la sociedad de una base más sólida y firme; una base que debe construirse desde la igualdad y para la igualdad.


Ante los que, en cualquier parte del mundo, continúan despreciando a las mujeres e intentando utilizarlas y manipularlas para su propio beneficio, sólo cabe que día a día esas mujeres tengan claras sus propias ideas, convicciones y decisiones, y sean más trabajadoras, luchadoras y constantes que nunca para poder alcanzar el objetivo del que todos nos beneficiaremos: el de la igualdad.


Frente a las personas que critican con el único afán de alimentar la desgana y la desilusión, sólo cabe hacer oídos sordos y continuar trabajando para demostrarles su error.
Porque de lo que no se es consciente muchas veces es de que los ultrajes, sean del tipo que sean, fomentan la rebelión de muchas mujeres que acaban sacando fuerzas aun cuando creían que ya no las tenían para seguir luchando. Por ellas. Por todas. Por todos en definitiva.

 

 

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