viernes, 11 de noviembre de 2011

RARA AVIS

Este es el artículo, publicado también en webislam, que me sirvió para dar título a este blog:


Si al hablar intentas decir algo pero mezclando conceptos totalmente distintos, el resultado puede ser, si se me permite la expresión, una especie de mejunje, que da lugar a críticas. Y supongo que eso es lo que le pasaría a la Ministra de Igualdad la semana pasada cuando en su intervención acerca del papel de las mujeres en la alianza de civilizaciones mezcló culturas con creencias religiosas y procedió a criticar que “los hombres árabes o musulmanes (sin tener en cuenta que uno y otro término no tienen por qué ir indisolublemente unidos) que residen en España puedan vestir al “modo occidental” mientras las mujeres llevan el velo y vestidos largos”.
Supongo que las españolas no entramos dentro de su afirmación (¿o sí?) ya que la Ministra sabe que no todas las personas de nacionalidad española somos de religión cristiana, apostólica y romana, sino que en nuestro país hay gente de distintas creencias o que prefiere no creer en nada. Cada cual es libre de creer en lo que quiera, al menos según la Constitución.
Pero hay algo que se debería de tener presente, y es, que la fe no es discutible, o al menos yo así lo entiendo, ya que pertenece a la subjetividad de cada individuo. Siempre y cuando no perjudique a los demás por aquello de que mi libertad acaba donde empieza la de mi vecino. Tal vez por ello lo esencial es el respeto. ¿Qué más da cómo se vista cada cual si sabemos que lo hace dentro su libre y propia elección? ¿Tiene alguna repercusión sobre los demás que la persona que esté a nuestro a lado lleve un velo en la cabeza, o un piercing en la nariz, o una cresta rosa al más puro estilo punky? Sinceramente, creo que no. Lo verdaderamente preocupante son las tasas de desempleo que junto a la economía son los asuntos más preocupantes que afrontamos, y visto desde una perspectiva de género, que las mujeres seguimos percibiendo salarios notablemente inferiores a los de nuestros compañeros masculinos en el desarrollo de los mismos trabajos, algunas tienen que convivir con la amenaza de sufrir cualquier tipo de violencia sobre ellas, continuamos disponiendo de muchas menos horas para nuestro ocio, y en definitiva, lo de conciliar sigue siendo una tarea más que difícil para las que no queremos renunciar a nada. Estos asuntos nos afectan a todas por igual, sin ninguna distinción, y son susceptibles de mejora porque supondrán la mejora de toda la sociedad española actual y de la futura.
No sé qué pensará la Ministra de una mujer que defiende la Constitución y las leyes (como ella), que viste “al modo occidental”, que defiende los intereses de la ciudadanía y que a la vez lleva un pañuelo en la cabeza, pero espero que no piense que es una “rara avis”.



http://www.webislam.com/articulos/33886-rara_avis.html

domingo, 6 de noviembre de 2011

Llegó el Eid

   Hoy en muchas partes del mundo y mañana en Ceuta, se celebra Eid el Adha, una de las sunnas que deben realizar todas las personas musulmanas. Un día al que algunas nos enfrentamos con el recuerdo de quienes ya no están.  En mi caso es mi padre (Lah irehmo), el que protagoniza esa ausencia.Y es que, como sabrá cualquiera que haya perdido a un ser querido, en las fiestas y celebraciones se nota muchísimo más la ausencia. Los recuerdos se amontonan y parecen dispuestos a pasar por nuestro cerebro uno tras otro relacionando a esa persona o personas que no están con cualquier palabra, comentario o anécdota. Luego vienen las ganas (incontenibles) de llorar, y las lágrimas por supuesto, de tristeza primero por no tener cerca a esa persona, ni poder abrazarla, ni sentir su protección, y de desahogo y resignación después (AlhamduliLah). Es ley de vida.
   Aún así, hay que intentar hacer de tripas corazón e intentar que los que te rodean no se den cuenta de tu tristeza para no crear un efecto dominó....
   Se me hace difícil, muy difícil, pero no queda más remedio que hacer lo que se pueda para disfrutar del día, y, sobre todo, para que lo disfruten los que nos rodean.
  
 
  

sábado, 5 de noviembre de 2011

Mujeres: movimiento hacia el cambio

MUJERES: PROTAGONISTAS DEL CAMBIO
Realmente las mujeres siempre han protagonizado o coprotagonizado los cambios sociales en distintas épocas históricas. La revolución industrial supuso uno de esos momentos desde que precisó la demanda de un mayor número de mano de obra para trabajar en las fábricas aunque sometidas a unas condiciones laborales infrahumanas y percibiendo salarios más bajos que los de los hombres, que ya de por sí, eran bajos. La incorporación a las universidades y al mercado laboral traería consigo la nueva era de una rebeldía social hacia la posición de las mujeres que hasta esa fecha venía siendo habitual.
Recientemente hemos podido ver a las mujeres participar en el devenir histórico de sus países desde que se desatara la primavera árabe. Se han manifestado, movilizado y participado activamente para reivindicar cosas tan simples y tan grandes como la libertad y la dignidad del ser humano. Ejemplo de esas mujeres han sido las tres recientes premios Nobel de la Paz de este año entre las que está la activista yemení Tawakul Karman. Además de revolucionarias en sus países, estas mujeres suponen una bofetada sin manos para todas aquellas personas que durante años han insistido en presentar a las mujeres como meras observadoras pasivas. Nada más lejos de la realidad. Cualquier ser humano, antes o después, siempre termina rebelándose contra las injusticias, y las mujeres, además de resistentes son valientes.
Pero no nos auto engañemos. Aún queda mucho por hacer en todo el mundo y no sólo durante las reivindicaciones propias de dos días concretos al año (ocho de marzo y veinticinco de noviembre). Si bien esas mujeres han protagonizado los cambios sociales, junto a sus compañeros, ahora se hace necesario que estén reflejadas y representadas en los espacios públicos para tener participación en la toma decisiones y para ser más visibles. En caso contrario, de poco serviría la lucha.
Además de ello, es obvio que no todas las revoluciones son o deben ser como las mencionadas. Las revoluciones sociales cuyo objetivo es la búsqueda de la utópica y ansiada igualdad entre mujeres y hombres exigen una implicación de ambos aunque es evidente que, siendo las mujeres las que en muchos contextos nos encontramos en situaciones de desigualdad, seamos más reivindicativas al respecto. Y precisamente esa reivindicación implica también la importancia de ir acompañada de la concienciación acerca de lo fundamental de educar en igualdad.
    A diario escuchamos a muchas mujeres, que también son madres, quejarse de algunos comportamientos “habituales” sin darse cuenta de que a veces, ellas mismas están repitiendo y transmitiendo los mismos a sus hijos e hijas a riesgo de que sigan repitiéndose los mismos errores.
    Y viceversa, muchísimas mujeres dicen no querer que sus hijos o hijas repitan esos mismos errores y se convierten en verdaderas revolucionarias en el interior de sus casas intentando que sus hijas reciban la formación y tengan las oportunidades que ellas mismas no pudieron tener. Sin saberlo, se convierten así en las mejores embajadoras del feminismo en la búsqueda de la igualdad que, si bien, dan a veces por perdida para ellas, no pierden la esperanza de que las próximas generaciones tengan un contexto social más justo, equilibrado e igualitario entre mujeres y hombres.



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