domingo, 22 de marzo de 2020

De látex y días de la marmota

Son días raros.
Inimaginables.
Salir a la calle y sentir el miedo, la preocupación, la tensión, la duda en todas las caras con las que te vas cruzando.
Una imagen retenida en las retinas: la de las mascarillas y los guantes de látex. La imagen del 2020, de la década y quien sabe si del siglo, sin duda alguna, aunque sólo vayamos por el primer trimestre del año.
No veo sonrisas en los rostros que me encuentro. Sólo incertidumbre y muchas preguntas en el ambiente.
La última semana ha sido como vivir constantemente un día de la marmota, película ridícula en principio hasta que le das sentido. La última semana nos hemos acostado esperanzados y nos hemos levantado abatidos, sin entender qué y por qué está pasando, más allá de lo evidente.
Nos hemos levantado con la misma sensación de repetir lo que se ha convertido en rutina diaria confinados en nuestras casas (algunos, las llaman ya jaulas)
Nos hemos enfadado y sentido un poco mas derrotados al confirmar la extensión del estado de alarma otros quince días. 
Pufffff...es la reacción generalizada.
Resignación.
Parálisis.
Bloqueo.
Y aún así, y ahora más que nunca, tenemos que mantener viva La Luz que se ve al final del túnel. 
La Luz que sólo se ve con fuerza cuando ves las cosas con algo de distancia temporal.
La Luz, que al final, alcanzaremos dando por superada esta situación que hoy nos supera.
Fuerza gente, porque nunca sabemos lo fuertes que somos hasta que ser fuertes, es nuestra única opción.

jueves, 19 de marzo de 2020

ALARMA COVID 19


Hoy, hace una semana, empezó la odisea que estamos viviendo.
China, Italia y ahora nosotros, España.
El sábado se anunciaba que íbamos a entrar en estado de alarma.
El domingo comenzó.
Hoy, es el quinto día de la cuarentena que guardamos.

Estas cinco líneas que acabo de escribir, y el título de este post, hace unos meses, habrían sido dignas del comienzo de un relato de ciencia ficción. 
Hoy, no son más que uno de los infinitos cuadernos de bitácoras que pueden estar redactándose en cualquier rincón del país y del mundo.
Difícil de asimilar. 
Difícil de llevar.
Es evidente que habrá un antes y un después. 
Para todos. 
Para todo.
Es evidente que ni tú ni yo somos los mismos que hace unos días.
Hoy, las prioridades son otras.
Hemos vuelto a valorar lo básico, lo esencial: el calor humano. 
El de nuestra familia, nuestras amistades.
El amor al prójimo en su máxima potencia. 
Y es que, no nos queda mas ni mejor opción que intentar ver el vaso medio lleno y convencernos que no hay virus que pueda con nosotros y que, más pronto que tarde, vamos a superarlo.
Y es que cuando creíamos tener todas las respuestas, de repente, nos cambiaron las preguntas...

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