Hace unos días mi profesora de literatura del Instituto, María Jesús Fuentes, me invitó a participar en una emotiva jornada en homenaje a todas las víctimas de Ciudad Juárez. Para ello, me preparó estas emotivas lineas:
"TODOS LOS NOMBRES"
Me llamo Fátima, pero hoy no tengo nombre.
Hoy, sin más razón que los hechos y sin más motivo
que mi conciencia, sin iniciales, sin mayúsculas, quiero representar lo que siempre
seré: una mujer libre y comprometida; lo
que podría haber sido: una mujer amenazada, en Ciudad Juárez o en cualquier
otro lugar del planeta; lo que puedo ser: una mujer cuyo discurso represente el
de otras muchas, el de miles víctimas con los labios cosidos, con las manos
atadas, con el vientre ultrajado, con la húmeda soledad del cautiverio.
Esta noche me siento fuerte en el anonimato.
Soy una madre rota que ha visto al sistema devorar a
sus hijos, que se asoma al volcán de los explotadores viendo cómo engullen
esperanzas.
Soy una viuda eterna, que guarda los tiernos
corazones frente a hogares destruidos, labrando la tierra, segando entre los
rastrojos, sembrando sin semillas.
Soy una esposa afligida, con el rostro agrietado por
la acidez de las lágrimas, que espera, que espera, que espera..
En esta jornada soy la que simboliza los frágiles
corazones, la que clama por los derechos humanos, la que no se resigna, la que
habla por tantas que murieron, por esas que se quedaron sin vida... pero no sin
voz.
Porque ahora es lo quiero ser: su voz; y desde el
alma la levanto para decir todos sus nombres.