sábado, 18 de mayo de 2013

Extranjera en mi propia tierra



   Cuantas veces habremos comentado que, en determinados momentos y circunstancias, los musulmanes españoles nos sentimos rechazados por la misma sociedad en la que vivimos. Es una sensación desagradable, muy desagradable. 
    Cuando naces, creces y vives en una sociedad considerandote como parte de ella, porque lo eres, sienta como un jarro de agua fría, más que fría, helada, percibir y recibir rechazo. Un rechazo basado en prejuicios y estereotipos que de sobra conocemos. Los conocemos pero, al menos yo, no termino de entenderlos. Ese odio visceral, carente de fundamento, gratuito para quien lo siente y tan caro para la sociedad, que contamina si no se sabe marginar. 
   Lo mejor que podemos hacer para combatirlo, y eso es tarea de todos quienes crean en una sociedad  verdaderamente cohesionada,  es dejarlos aislados para que perciban su error. 
   No saben que con ese odio solo consiguen reforzar nuestra identidad.
   Sin complejos.
   Desde la realidad y el razonamiento obvios de la distinción entre fe y nacionalidad tan fáciles de entender por cualquiera con dos dedos de frente y tan difíciles de comprender por las mentes obtusas e inseguras no podemos callar ante las estupideces que son capaces de decir. Callar sería sinónimo de otorgar. 
   La población musulmana española distingue perfectamente entre la fe y la nacionalidad, hecho que algunos no parecen asimilar. 
    El rechazo al que me refería al principio resulta ofensivo al transmitir ese desprecio, esa falsa superioridad...afortunadamente ofende quien puede no quien quiere. 
     Se que hay quien me ve como extranjera en mi propia tierra, la de mis padres, la de mis hijos...sin embargo les hará falta algo más que esa visión xenófoba para que no me sienta orgullosa de ser musulmana y española, sin complejos y critica con todo aquello que me parece injusto, especialmente con la forma de gobernar de la derecha.

lunes, 13 de mayo de 2013

RADICAL Y YO SIN SABERLO...

   Acabo de leer con relativo asombro que en el programa de Ana Rosa Quintana de esta mañana han comentado que el fracaso escolar en Ceuta se debe a que los padres y madres musulmanes envían a sus hijos a escuelas coránicas para inculcarles el radicalismo.....Mi asombro es relativo porque por desgracia ya tenemos casi asumido que cada cierto tiempo surge algún comentario o debate sensacionalista con respecto a la población musulmana.
   Es lo que tiene la ignorancia, que es muy atrevida. En este caso lo es tanto, tanto, que les es indiferente la contribución a la imagen social que se puede hacer cualquier ciudadano o ciudadana de las personas musulmanas ¿o tal vez sea intencionado?
   Imagínense el mismo comentario, relativo a que el fracaso escolar en Ceuta se debe a que los padres y madres musulmanes envían a sus hijos a escuelas coránicas para inculcarles el radicalismo, cambiando escuelas coránicas por iglesias o catequesis. Qué barbaridad ¿verdad?
  Supongo que lo complicado sería indagar realmente en los motivos de ese fracaso, cosa que muchos profesionales llevan años haciendo, o pedirles su opinión al respecto.
  Supongo que tampoco sería agradable decir que el gobierno del Partido Popular, tanto el local como el nacional, no se implican tanto como deberían en el grave problema del fracaso escolar que tenemos en Ceuta.
   Y supongo que tampoco interesará decir que los padres y madres musulmanes se preocupan por la educación de sus hijos e hijas tanto como cualquier otro, tal vez por eso son muchos los que realizan actividades extraescolares buscando la ampliación y el refuerzo de su formación. Y por supuesto sin perjuicio de que incidan en la ampliación de conocimientos de su fe fundamentalmente para no perder su identidad, ¿o es que está mal visto ser español y musulmán?
  Flaco favor nos hacen  a toda la sociedad este tipo de comentarios emitidos en medios de comunicación porque sólo reflejan los prejuicios elevados a la enésima potencia y refuerzan los que ya existen.
  Es muy cansino tener que rebatir cada dos por tres comentarios basados en prejuicios de quien los emite pero hay cosas ante las que una no puede ni debe callar nunca, bajo ningún concepto.
   Quien se dedica a informar, debería informarse de la realidad antes de lanzar acusaciones burdas y no dejarse llevar por tópicos que no conducen a nada bueno. Y es una auténtica estupidez, además de un atrevimiento, confundir una fe absolutamente pacífica con radicalismo.
    Radical y yo sin saberlo...

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