Cuantas veces habremos comentado que, en determinados momentos y circunstancias, los musulmanes españoles nos sentimos rechazados por la misma sociedad en la que vivimos. Es una sensación desagradable, muy desagradable.
Cuando naces, creces y vives en una sociedad considerandote como parte de ella, porque lo eres, sienta como un jarro de agua fría, más que fría, helada, percibir y recibir rechazo. Un rechazo basado en prejuicios y estereotipos que de sobra conocemos. Los conocemos pero, al menos yo, no termino de entenderlos. Ese odio visceral, carente de fundamento, gratuito para quien lo siente y tan caro para la sociedad, que contamina si no se sabe marginar.
Lo mejor que podemos hacer para combatirlo, y eso es tarea de todos quienes crean en una sociedad verdaderamente cohesionada, es dejarlos aislados para que perciban su error.
No saben que con ese odio solo consiguen reforzar nuestra identidad.
Sin complejos.
Desde la realidad y el razonamiento obvios de la distinción entre fe y nacionalidad tan fáciles de entender por cualquiera con dos dedos de frente y tan difíciles de comprender por las mentes obtusas e inseguras no podemos callar ante las estupideces que son capaces de decir. Callar sería sinónimo de otorgar.
La población musulmana española distingue perfectamente entre la fe y la nacionalidad, hecho que algunos no parecen asimilar.
El rechazo al que me refería al principio resulta ofensivo al transmitir ese desprecio, esa falsa superioridad...afortunadamente ofende quien puede no quien quiere.
Se que hay quien me ve como extranjera en mi propia tierra, la de mis padres, la de mis hijos...sin embargo les hará falta algo más que esa visión xenófoba para que no me sienta orgullosa de ser musulmana y española, sin complejos y critica con todo aquello que me parece injusto, especialmente con la forma de gobernar de la derecha.
preguntale a los coptos en Egipto como se sienten ellos. Parece ser que los únicos tolerantes sois vosotros...Ya esta bien de tanta religión, no os dais cuenta que a lo largo de la historia nada mas que a traido miseria y guerras.....Son el mayor negocio de la historia (y me refiero a todas las religiones). No os dais cuenta que es un echo diferenciador y no de unión entre personas¡¡¡ que estamos en el siglo XXI.
ResponderEliminarLeí en una de tus publicaciones, un cuento que hace mención de un músico, que pide a un sabio lo ayude a salir, de la influencia de las criticas, y lo mandan a gritar al cementerio, dime no será que necesites leer nuevamente lo que publicaste, leo acá que te expresas con mucha amargura, soy peruano vivo en Argentina, soy también discriminado, como mis hijos y esposa, pero a fuerza de trabajo y sin rencores logramos generar un círculo de amistades de todas las nacionalidades, que en realidad nos aceptan tal como somos, sin fingimientos, y mayormente argentinos, ah y también conocí a un paisano tuyo de Faluya, por decir ya que es Árabe, él era Musulmán y se convirtió al cristianismo, tiempo que no lo veo más, pero con mi familia guardamos buenos recuerdos de su persona y esposa, y en cierta ocasión cuando hablamos con él el me comento algo que me dejo pensando, con respecto al problema de los Árabes Musulmanes y el mundo, o su entorno, el me dijo, que desde chico le inculcaron que todo el que no era musulmán era su enemigo de muerte, y sobre todo lo occidental, pero que gracias a Dios conoció a Jesús, y vio al mundo de forma diferente, y recién vio al vecino, como otro ser humano, sin clasificarlo, como anti musulmán, ya que al él le inculcaron siempre que el que no era musulmán, estaba contra el mundo musulmán, “ojo” esto hablo por que lo escuche por él, pero yo desconozco y algo sé, por investigación propia, si luchas por la igualdad, de las mujeres, musulmanas, y luchas por la igualdad, de los seres humanos, creo que debes empezar con ser, tú misma más tolerante con los que piensan diferente, y ser tú misma en tus convicciones ya que recorrí tu blog, tienes buenos ideales, pero hay algo que te ancla a lo gris, y creo que tu interior se rebela contra tú religión, no digo que rechaces tú religión, pero debes inculcar a tus hijos, a tus vecinos, no con palabras si no con tus actos, que todo ser sobre la tierra es igual en todo sentido de totalidades, sea mujer ó hombre, sea cualquier el color de piel, desde el mendigo al rico que todos en algún momento del día vamos al retrete a defecar, que somos humanos sin importar la religión que profesemos, Dios nos puso sobre la tierra “su creación”, para que disfrutemos del total de su creación de forma buena y honesta, junto a nuestra familia, amigos, vecinos, ………. Te doy un fuerte abrazo y te deseo todo el amor y felicidad del mundo para ti y toda tú familia.
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