sábado, 5 de noviembre de 2011

Mujeres: movimiento hacia el cambio

MUJERES: PROTAGONISTAS DEL CAMBIO
Realmente las mujeres siempre han protagonizado o coprotagonizado los cambios sociales en distintas épocas históricas. La revolución industrial supuso uno de esos momentos desde que precisó la demanda de un mayor número de mano de obra para trabajar en las fábricas aunque sometidas a unas condiciones laborales infrahumanas y percibiendo salarios más bajos que los de los hombres, que ya de por sí, eran bajos. La incorporación a las universidades y al mercado laboral traería consigo la nueva era de una rebeldía social hacia la posición de las mujeres que hasta esa fecha venía siendo habitual.
Recientemente hemos podido ver a las mujeres participar en el devenir histórico de sus países desde que se desatara la primavera árabe. Se han manifestado, movilizado y participado activamente para reivindicar cosas tan simples y tan grandes como la libertad y la dignidad del ser humano. Ejemplo de esas mujeres han sido las tres recientes premios Nobel de la Paz de este año entre las que está la activista yemení Tawakul Karman. Además de revolucionarias en sus países, estas mujeres suponen una bofetada sin manos para todas aquellas personas que durante años han insistido en presentar a las mujeres como meras observadoras pasivas. Nada más lejos de la realidad. Cualquier ser humano, antes o después, siempre termina rebelándose contra las injusticias, y las mujeres, además de resistentes son valientes.
Pero no nos auto engañemos. Aún queda mucho por hacer en todo el mundo y no sólo durante las reivindicaciones propias de dos días concretos al año (ocho de marzo y veinticinco de noviembre). Si bien esas mujeres han protagonizado los cambios sociales, junto a sus compañeros, ahora se hace necesario que estén reflejadas y representadas en los espacios públicos para tener participación en la toma decisiones y para ser más visibles. En caso contrario, de poco serviría la lucha.
Además de ello, es obvio que no todas las revoluciones son o deben ser como las mencionadas. Las revoluciones sociales cuyo objetivo es la búsqueda de la utópica y ansiada igualdad entre mujeres y hombres exigen una implicación de ambos aunque es evidente que, siendo las mujeres las que en muchos contextos nos encontramos en situaciones de desigualdad, seamos más reivindicativas al respecto. Y precisamente esa reivindicación implica también la importancia de ir acompañada de la concienciación acerca de lo fundamental de educar en igualdad.
    A diario escuchamos a muchas mujeres, que también son madres, quejarse de algunos comportamientos “habituales” sin darse cuenta de que a veces, ellas mismas están repitiendo y transmitiendo los mismos a sus hijos e hijas a riesgo de que sigan repitiéndose los mismos errores.
    Y viceversa, muchísimas mujeres dicen no querer que sus hijos o hijas repitan esos mismos errores y se convierten en verdaderas revolucionarias en el interior de sus casas intentando que sus hijas reciban la formación y tengan las oportunidades que ellas mismas no pudieron tener. Sin saberlo, se convierten así en las mejores embajadoras del feminismo en la búsqueda de la igualdad que, si bien, dan a veces por perdida para ellas, no pierden la esperanza de que las próximas generaciones tengan un contexto social más justo, equilibrado e igualitario entre mujeres y hombres.



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