martes, 22 de mayo de 2012

"Ni sumisas ni manipulables"

 En el año 2007 comencé a participar con modestas colaboraciones en los medios de comunicación de Ceuta.
 Hoy, cinco años después, quiero volver a compartir con las personas que leéis mis opiniones la primera que publiqué:



"No suelo distinguir entre las creencias de cada cual, pero a la vista de las tristes polémicas que pululan últimamente entre nuestra sociedad me veo “obligada” a señalar algunas cosas que para mi, y creo que para much@s, son obvias.
Pues sí, aunque a muchos les cueste creerlo, las musulmanas (las españolas, que son las que mejor conozco) de hoy en día no somos ni sumisas ni manipulables, es más, me ofenden y me hieren esos adjetivos.
Luchadoras, trabajadoras, activas y un larguísimo etcétera de adjetivos que no hacen más que significar lo importante que es para nosotras participar en todos los ámbitos de la vida diaria que nos afectan, como a la mayoría de las mujeres de hoy en día. Y por supuesto, sin descuidar otras parcelas tales como familia, amistades o compromisos sociales.
No entiendo cómo es posible que se den polémicas acerca del uso del tan mencionado pañuelo. No voy a dar ninguna explicación de los motivos de su uso para algunas mujeres porque no tengo por qué hacerlo. Lo que diré hasta la saciedad, aunque empiezo a cansarme de hacerlo, es que, cada cual puede creer en lo que quiera, o en nada, y hacer lo que le plazca, respetando siempre a los demás, por supuesto, que para eso vivimos en un estado democrático y aconfesional.
El hecho de que una mujer lleve un pañuelo en la cabeza no es sinónimo de ser analfabeta, inculta o sumisa. Vivimos en la sociedad de la información, ¿alguien cree que hoy en día nos pueden obligar a hacer algo contrario a nuestra voluntad ?, ilusos.
Con todos los problemas que nos afectan en general como el problema de la vivienda, las elevadas tasas de desempleo, fundamentalmente femenino y juvenil, el fracaso escolar, las dificultades de nuestra ciudad por superar la “crisis” económica que atravesamos, etc, etc, etc, sólo nos quedaba segregar más a esta sociedad.
A las mujeres, a todas, nos ha costado mucho sacrificio y trabajo alcanzar nuestra situación actual, es decir, obtener una formación o incorporarnos al mercado laboral, aunque aún nos quedan muchos frentes abiertos, como por ejemplo, las importantes diferencias salariales entre hombres y mujeres dentro de la empresa privada o poder alcanzar esa ansiada conciliación entre la vida familiar y la profesional.
Finalmente, diré, que como también es obvio, no vamos a decaer en el intento, continuaremos trabajando duro para alcanzar lo que para algunos está más que logrado desde hace años".

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