Ninguna en absoluto.
Rajoy reconoce que ni él ni nadie de su gobierno tienen que sentir vergüenza alguna por las patadas en forma de medidas que viene adoptando en las últimas semanas contra toda la población española, cuando debería ser totalmente al revés y avergonzarse cada vez que hacen públicos los hachazos que se anuncian sucesivamente semana tras semana.
De hecho, según él, lo que se está haciendo es “trabajar en beneficio de todos los españoles”… lógicamente, el concepto “trabajar por todos” tiene una peculiar interpretación por parte de quien preside el gobierno español.
Tal vez lo siguiente sea que considere que debemos darle las gracias.
¡Claro!
¡Gracias Rajoy por subirnos los impuestos!
¡Gracias por abaratar los despidos!
¡Gracias Presidente por quitar la paga extra a los funcionarios y funcionarias!
¡Gracias por supuesto por mermar la educación pública!
¡Por reducir las prestaciones de desempleo!
¡Gracias Mariano por implantar el copago!
Y gracias en definitiva por querer convencernos de que perder derechos es bueno para nosotros…
Lástima para el Presidente del Gobierno y para los de su cuerda que el pueblo piensa, siente y padece las BARBARIDADES que nos pretenden implantar.
Lástima para ellos que el pueblo está empezando a decir un BASTA cada vez más alto, claro y unísono y que escucharán nuevamente este próximo 19 de julio.
Salvo que gobernar sea llevarnos al borde del precipicio, gracias, os vamos a dar pocas.
Ni al Presidente, ni a los que le rodean y se jactan de que las reformas están hechas con sensibilidad (como hizo la Ministra de Trabajo, aunque reconozco que ignoro dónde tiene la sensibilidad cualquier gobierno del PP, si la tiene) por no hablar de los deseos de Fabra para con cualquiera de nosotros (con representantes del pueblo de ese nivel no es extraño que pretendan hundirnos o someternos a sus pretensiones)
Como se suele decir coloquialmente, hay personas que cada vez que hablan sube el pan (y con este gobierno, sube todo, lo consumible y lo que no, y baja todo lo referente a derechos y logros sociales que con tanto esfuerzo habían permitido que se pudiera hablar de España como un auténtico estado social y democrático).
Tal vez el Presidente del Gobierno y los acólitos del PP viven en una burbuja aislada porque la realidad es bien distinta a la que ellos creen y de la que nos pretenden convencer. La indignación se extiende por segundos, incluso entre personas que habían votado al PP y que han descubierto las mentiras y la insensibilidad de un gobierno que no mira por el bien general ni por el bien de la ciudadanía. Estamos ante personas que, ilegítimamente, han decidido vendernos a los mercados al precio que sea. Un precio que, además, pretenden que paguemos nosotros, los de abajo, sin rechistar, sin protestar y sin indignarnos, como si el esfuerzo fuera baladí o si fuera fácil a las familias españolas llegar a fin de mes y los recortes no fueran con nosotros….
¿Y de verdad creen que vamos a callarnos?
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